Zarangollo, ¡Un plato manchego que fusiona la dulzura de las calabacines con la cremosidad de los huevos batidos!

El zarangollo, un tesoro culinario de la región manchega en España, es una delicia sencilla pero exquisita que cautiva paladares desde hace siglos. Este plato tradicional, originario de la provincia de Cuenca, combina de manera magistral calabacines frescos, huevos batidos y cebolla, creando una sinfonía de sabores y texturas que enamoran a cualquiera.
La historia del zarangollo se pierde en el tiempo, transmitiéndose de generación en generación como un símbolo de la cocina casera manchega. Se dice que sus raíces se remontan a la época de los pastores, quienes elaboraban este plato con ingredientes frescos y disponibles, convirtiéndolo en una comida nutritiva y reconfortante tras largas jornadas bajo el sol.
Ingredientes del Zarangollo:
Ingrediente | Cantidad |
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Calabacines | 500 gramos |
Huevos | 4 grandes |
Cebolla | 1 mediana |
Aceite de oliva virgen extra | 4 cucharadas |
Sal | Al gusto |
Pimienta negra molida | Al gusto |
Preparación del Zarangollo:
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Lavar y cortar los calabacines: Se deben lavar bien los calabacines bajo agua fría, eliminar sus extremos y cortarlos en rodajas finas.
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Picar la cebolla: Pelar la cebolla y picarla finamente.
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Saltear los ingredientes: En una sartén grande, calentar el aceite de oliva a fuego medio. Añadir la cebolla picada y saltear durante unos minutos hasta que esté transparente. Agregar las rodajas de calabacín y cocinar durante 5-7 minutos más, removiendo ocasionalmente.
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Batir los huevos: Mientras tanto, batir los huevos en un bol, añadir sal y pimienta negra molida al gusto.
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Combinar los ingredientes: Añadir los huevos batidos a la sartén con los calabacines y la cebolla. Remover suavemente para combinar todos los ingredientes. Cocinar durante 3-4 minutos más, o hasta que los huevos estén cuajados pero aún suaves.
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Servir caliente: Retirar del fuego y servir el zarangollo inmediatamente, puede acompañarse de pan crujiente para untar la deliciosa mezcla.
Variaciones del Zarangollo:
- Algunos cocineros añaden ajo picado a la sartén junto con la cebolla.
- Otros incorporan un toque de pimentón dulce o picante al final de la cocción para darle un sabor más intenso.
- El zarangollo también puede prepararse con otras verduras como pimiento verde, tomate o patata, aunque la combinación tradicional de calabacín, cebolla y huevo sigue siendo la más popular.
Zarangollo: Un plato versátil para todas las ocasiones:
El zarangollo es un plato ideal para disfrutar en cualquier momento del día. Puede servirse como desayuno, almuerzo o cena, y se adapta perfectamente a diferentes estilos de vida. Su sencillez lo convierte en una opción perfecta para una comida rápida y nutritiva durante la semana, mientras que su sabor único lo hace ideal para compartir con amigos y familiares en ocasiones especiales.
Consejos adicionales:
- Para un zarangollo más cremoso, utilizar huevos de corral frescos.
- Utilizar calabacines jóvenes y tiernos para obtener la mejor textura.
- No sobrecocinar los huevos, ya que esto los hará duros.
- Servir caliente inmediatamente después de cocinar.
El Zarangollo: Un sabor a tradición:
Más allá de su delicioso sabor, el zarangollo representa una conexión con las tradiciones culinarias de la región manchega. Su preparación sencilla y sus ingredientes accesibles lo convierten en un plato que se transmite de generación en generación, manteniendo viva la esencia de la cocina casera española.
Así que, si tienes la oportunidad de visitar Cuenca o probar este delicioso plato, no dudes en hacerlo. El zarangollo te conquistará con su sabor único y te transportará a los campos manchegos con cada bocado. ¡Buen provecho!